Creemos en la vida desde la concepción en el vientre.
Dios creó al hombre y a la mujer. Biológicamente diferentes, iguales en dignidad y complementarios en sus roles en la familia; siendo insustituibles cada uno en su función.
Creemos en la familia, instituida por Dios como centro de la formación moral y religiosa del ser humano y que el Estado no puede educar a tus hijos en asuntos morales y religiosos.
Dios como creador de todas las cosas, habiendo hablado en su Palabra, la Biblia, da los lineamientos para interpretar toda nuestra realidad como seres humanos, en todos los estratos de la vida: familia, matrimonio, relaciones, historia, política, educación, negocios, etc., dejando a un lado la relatividad de las cosas (de la verdad, ética situacional), y siendo el definidor de lo correcto.
La Biblia es la fuente de autoridad para la vida del cristiano, por encima del Estado, la iglesia, denominaciones, líderes y/o las tradiciones.
Sin la gracia de Dios la vida cristiana es imposible.
Creemos en el liderazgo que sirve a otros y no a sí mismo.
Dios habló, y lo hizo en un contexto, dejándonos los escritos de muchos autores que dan testimonio de él para que le conozcamos. El viejo y el nuevo testamento son esos escritos de hombres y mujeres que hablaron en nombre de Dios y registraron sus experiencia en su relación con Él. y cada generación tenga un registro del Dios que vive.
Dios es el motivador y autor intencional de Las Escrituras, Viejo y Nuevo Testamento.